/ viernes 23 de septiembre de 2022

Los problemas de la vista muchas veces se desconocen hasta que se practica un examen de la vista, esto puede ser con un médico general, un oftalmólogo o un optometrista en una óptica, dentro de los cuentos que escribí, seleccioné uno referente a la vista llamado "Mis lentes mágicos", siendo una referencia de como lo llega a percibir un estudiante y el cambio que llega a presentarse.

América vivía jugando, comiendo y haciendo todo lo que hacen los niños de su edad, hasta que entro a la secundaria, ese sitio donde por su apellido le tocó sentarse hasta el fondo del salón a pesar de que su amiga se encontraba en la primer fila, pero eso no le importo mucho ya que podía platicar con ella y jugar en el recreo.

Su mejor amiga le platicaba de las cosas increíbles que la maestra había comentado y escrito en el pizarrón, cuando le contaba y por el entusiasmo que se lo decía parecía que iban en salones distintos, esto así lo apreciaba ella por que no le llamaban la atención los garabatos que hacía los profesores en el pizarrón por lo que cuando comenzaba a explicarlos, ella simplemente se aburría y comenzaba a mirar hacia otro lado. Así fue como descubrió el rayón en el vidrio de la ventana a su costado donde decía “Giovanna te amo”, quizá porque en ese salón el año anterior estaban los alumnos de preparatoria, se dio cuenta de la humedad que había en la esquina pero seguía sin prestar atención a las clases porque simplemente no apreciaba adecuadamente lo que se escribía en el pizarrón, con lo que se hizo fama de rebelde entre los maestros.

Esto se reflejaba en sus calificaciones donde con dificultad alcanzaba la calificación aprobatoria mínima, un día llegaron a la escuela para hacerles un examen de la vista a todos los alumnos, y le sorprendió que le dijeran que no veía bien y muy probablemente ocupaba lentes, ¿como era eso posible? si en la primaria nunca tuvo problemas.

Ella se imaginaba fea con lentes y se negaba a creer que veía mal, porque siempre ha visto “así”, pero cuando fue a la óptica le hicieron sus lentes, los comenzó a usar y su mundo cambió, vio por primera vez con claridad lo que los maestros escribían, poniendo atención especial a la maestra de matemáticas, comprendió fácilmente todo y descubrió que eran ciertas esas maravillosas clases que le contaba su amiga, extraña que le decían que lucía genial.

Llegándose a convertir en una alumna destacada y favorita de la maestra de matemáticas quien incluso llegó a ser su madrina, dándole la base para ser de las mejores arquitectas, orgullo de sus papás y claro: de su madrina; gracias a sus lentes mágicos, los cuales ya jamás dejó de utilizar. FIN.

Es recomendable hacer un examen de la vista de manera anual, esto debería ser dentro del examen médico que se realiza en el certificado médico escolar, se puede realizar desde que el niño coopera para cubrirse un ojo y decir las letras o símbolos que señale el examinador, no es requisito que sepa las letras, ya que hay cartillas especiales donde se toman figuras como manzana, casa, carro, paraguas. Así a un niño de preescolar podría explorarse su agudeza visual y saber si no ve bien con algún ojo, ya que es común que solo uno tenga deficiencia, pero como el otro ojo ve bien no se percibe hasta que se explora.

Los problemas de la vista muchas veces se desconocen hasta que se practica un examen de la vista, esto puede ser con un médico general, un oftalmólogo o un optometrista en una óptica, dentro de los cuentos que escribí, seleccioné uno referente a la vista llamado "Mis lentes mágicos", siendo una referencia de como lo llega a percibir un estudiante y el cambio que llega a presentarse.

América vivía jugando, comiendo y haciendo todo lo que hacen los niños de su edad, hasta que entro a la secundaria, ese sitio donde por su apellido le tocó sentarse hasta el fondo del salón a pesar de que su amiga se encontraba en la primer fila, pero eso no le importo mucho ya que podía platicar con ella y jugar en el recreo.

Su mejor amiga le platicaba de las cosas increíbles que la maestra había comentado y escrito en el pizarrón, cuando le contaba y por el entusiasmo que se lo decía parecía que iban en salones distintos, esto así lo apreciaba ella por que no le llamaban la atención los garabatos que hacía los profesores en el pizarrón por lo que cuando comenzaba a explicarlos, ella simplemente se aburría y comenzaba a mirar hacia otro lado. Así fue como descubrió el rayón en el vidrio de la ventana a su costado donde decía “Giovanna te amo”, quizá porque en ese salón el año anterior estaban los alumnos de preparatoria, se dio cuenta de la humedad que había en la esquina pero seguía sin prestar atención a las clases porque simplemente no apreciaba adecuadamente lo que se escribía en el pizarrón, con lo que se hizo fama de rebelde entre los maestros.

Esto se reflejaba en sus calificaciones donde con dificultad alcanzaba la calificación aprobatoria mínima, un día llegaron a la escuela para hacerles un examen de la vista a todos los alumnos, y le sorprendió que le dijeran que no veía bien y muy probablemente ocupaba lentes, ¿como era eso posible? si en la primaria nunca tuvo problemas.

Ella se imaginaba fea con lentes y se negaba a creer que veía mal, porque siempre ha visto “así”, pero cuando fue a la óptica le hicieron sus lentes, los comenzó a usar y su mundo cambió, vio por primera vez con claridad lo que los maestros escribían, poniendo atención especial a la maestra de matemáticas, comprendió fácilmente todo y descubrió que eran ciertas esas maravillosas clases que le contaba su amiga, extraña que le decían que lucía genial.

Llegándose a convertir en una alumna destacada y favorita de la maestra de matemáticas quien incluso llegó a ser su madrina, dándole la base para ser de las mejores arquitectas, orgullo de sus papás y claro: de su madrina; gracias a sus lentes mágicos, los cuales ya jamás dejó de utilizar. FIN.

Es recomendable hacer un examen de la vista de manera anual, esto debería ser dentro del examen médico que se realiza en el certificado médico escolar, se puede realizar desde que el niño coopera para cubrirse un ojo y decir las letras o símbolos que señale el examinador, no es requisito que sepa las letras, ya que hay cartillas especiales donde se toman figuras como manzana, casa, carro, paraguas. Así a un niño de preescolar podría explorarse su agudeza visual y saber si no ve bien con algún ojo, ya que es común que solo uno tenga deficiencia, pero como el otro ojo ve bien no se percibe hasta que se explora.

María del Refugio Sandoval