Mejor no leer |Desde R7Una simple caminata a una panadería tradicional en el centro de Río de Janeiro terminó convirtiéndose en un caso policial.Esto se debe a que a Adamastor de Oliveira Prado, un autodenominado “patrullero de la lengua” y miembro de la ONG Fala Que Eu Te Corrijo, no le gustaba que el tradicional dulce brasileño se llamara Romeo y Julieta.Prado exigió al establecimiento cambiar inmediatamente el nombre del postre bajo amenaza de llamar a la policía.La acusación sería “fanatismo inverso”, que se caracteriza por actitudes antipatrióticas, en las que un brasileño estaría reforzando la idea de que los extranjeros son mejores que nosotros y que tienen derecho a apropiarse de lo nuestro.“¿Cómo es posible que semejante dulce brasileño honre a una pareja de extranjeros blancos y aristocráticos?Además, cedieron a la opresión de la época, lo que nunca debería haber sucedido.Deberían haber matado a sus opresores y no a ellos mismos.¿Qué ejemplo le dieron a la humanidad?”, preguntó Prado.Sin saber qué hacer y temeroso de ir a la cárcel, el dueño del establecimiento recogió los dulces y dijo que solo los volvería a vender después de que le cambiaran el nombre.Por el momento, la ONG está haciendo una encuesta en Internet para darle un nuevo nombre al dúo.Las opciones son: Zezinho y Judite, Bento y Maricota y Enzo y Valentina.¡Deja tu voto!Esta crónica es una ficción, pero puede que no lo sea...Los textos aquí publicados no reflejan necesariamente la opinión de Grupo Record.