Skoda Fabia 2022, prueba a fondo de la nueva generación

2022-09-10 09:25:55 By : Ms. xianxian wang

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Hace falta algo más que unos hombros anchos para hacer un hombre Helen (Sólo ante el peligro, 1952)

Está fuera de lugar. Son las seis menos cuarto de la mañana y en el metro viajamos personas a las que les queda un largo camino para llegar a su lugar de trabajo. Rostros que reflejan la derrota del cansancio y del sueño y un peso invisible mezcla de responsabilidades, familia, sueños rotos, deudas y llegar justos a final de mes. Pero ahí está ese tipo, con un traje italiano impecable azul marino y sus gafas de sol. Apoya las dos manos en un bastón con la empuñadura en forma de cabeza de cuervo, mostrando sus dedos llenos de anillos mientras sujeta un sombrero blanco. Unos dedos casi de anciano, huesudos, con uñas largas pero perfectamente cuidadas. Cuando he subido ya estaba ahí, observando a los que íbamos entrando con un gesto de saludo. Mantiene en su rostro una sonrisa de satisfacción que desentona más que su vestimenta. Parece lo único real de este lugar. El resto del vagón parecemos fantasmas con el rostro tenuemente iluminado por la pantalla del móvil en la que buscamos algo que nos saque de este purgatorio de estridente megafonía. Bueno, todos menos yo que levanto la mirada de cuando en cuando para vigilar al tipo del bastón. A veces parece murmurar algo entre dientes. A veces parece que alguien le llama la atención especialmente y estira el cuello para observar con más detenimiento.

Entonces sube doña Estela. La conozco desde hace años así que la saludo y ella me sonríe. Tiene más de ochenta pero sigue arrastrando sus huesos llenos de artrosis al taller de costura en el que trabaja más horas de las que debería para sacar menos de lo que le corresponde. Se mueve como un juguete roto al que le faltaran algunas piezas con un quejido por cada paso. El tipo del bastón se incorpora repentinamente y le hace un gesto para cederle el asiento. Ahora está entre doña Estela y yo, sujeto a un asidero. Firme como una vela, como si los vaivenes del vagón no fueran con él, como si flotara al amparo de la física. Ahora me da la espalda. Después de unos minutos se agacha y susurra algo al oído a doña Estela. Veo cómo esta abre mucho los ojos. Luego rompe a llorar. Me levanto rápidamente y aparto al tipo sin contemplaciones. «Doña Estela» digo casi gritando, en parte por el traqueteo del metro, en parte para que me oiga todo el mundo «¿Qué le dijo este individuo?» Ella me indica que me incline y me susurra a su vez. «Me ha dicho que no me preocupe, que el martes dejaré de sufrir. Que pasará a buscarme…» Me vuelvo y el tipo me sonríe. Me mira. Se acerca. Sin pensarlo me bajo corriendo. El metro ha llegado a una estación. Subo las escaleras de dos en dos. Sin aliento. Cruzo sin mirar y casi me atropella un utilitario rojo. Me siento en el suelo para recuperar el aliento. Consulto el móvil. Me toca andar casi una hora. Tiempo suficiente para pensar en otra forma para ir al trabajo mañana…

Ya no es ninguna novedad que Skoda se ha convertido en uno de los fabricantes de automóviles que más apuesta por la practicidad tanto en el diseño de sus modelos como en sus soluciones, a veces muy ingeniosas, para resolver pequeños problemas prácticos en el uso de los automóviles. Pero es que este fabricante también ha conseguido quitarse el sambenito de fabricar coches con aspecto anodino con una nueva serie de modelos con aspecto mucho más moderno y dinámico. Un buen ejemplo es precisamente el Skoda Fabia de la última generación, un modelo que hemos tenido la ocasión de probar.

Se trata de un cambio profundo con respecto a la generación anterior que sufrió su última actualización en 2019 y que ya tuvimos la ocasión de probar. Esta nueva versión completamente renovada se basa en la plataforma del grupo denominada MQB y que alcanza su segunda generación por lo que el punto de partida es el mismo que el del Volkswagen Polo (con el que compite) o el Golf. El objetivo de Skoda es que el Fabia sea un coche cada vez más polivalente y menos especializado en su uso urbano sin perder las características que lo han definido siempre como práctico y manejable en ciudad.

Un primer vistazo descuidado nos puede engañar ya que el frontal de este nuevo Fabia mantiene la estructura básica del modelo antiguo, con dos grupos ópticos alargados que se juntan con una parrilla de forma poligonal en el centro. Sin embargo más de cerca se notan los cambios con los faros y parrilla con formas geométricas más definidas y un cambio en los relieves de la carrocería que le dan un aspecto un poco más moderno. Lo que cambia de forma evidente es la parrilla inferior con una forma diferente y que ya no incorpora las luces de posición, lo que resta algo de agresividad a su aspecto.

Al observar el nuevo Fabia por el lateral se puede intuir que ha crecido. Con las cifras en la mano la nueva plataforma proporciona 11 centímetros más, por lo que es difícil apreciarlo a simple vista, pero la mayor distancia entre ejes sí que transmite que estamos ante un coche más «importante». Además el morro es más alargado lo que le da aspecto de pertenecer a una categoría superior. Otro detalle importante es la línea del techo que en este nuevo modelo cae de forma más pronunciada hasta el spoiler trasero, lo que le da un aspecto más aerodinámico y deportivo a esta parte del coche.

Las llantas de 17 pulgadas de color negro le dan un toque de deportividad al acabado que hemos probado. La parte trasera del coche cambia su aspecto de forma más clara con respecto a la anterior versión, con grupos ópticos alargados que se dividen en dos en la parte del maletero. En el centro el nombre del fabricante en lugar del logo tal y como viene siendo habitual en los últimos lanzamientos de Skoda. De forma similar que con el modelo anterior el paragolpes es alto y voluminoso, preparado para proteger de las maniobras urbanas de aparcamiento. En la parte baja del parachoques se ha colocado una moldura en color negro.

El interior del Fabia 2022 parece aprovechar bastante bien el espacio que proporciona la plataforma de Volkswagen, pero además añada unas superficies acristaladas de tamaño generoso, con lo que la sensación de espacio es aún más grande. Los acabados de este modelo nos han parecido que están un poco por encima del modelo anterior, con plásticos duros pero bien elegidos y zonas en las que se ha aplicado una tela con pespuntes que da un interesante toque de calidez al interior. Además de los acabados y materiales como es habitual en Skoda hay muchos detalles prácticos como una toma USB en el espejo retrovisor, múltiples bolsillos portaobjetos y otros detalles ya habituales como el paraguas en la puerta o el rascador de hielo en la tapa del depósito.

Hay también toques de personalización como el nombre del modelo grabado en la pieza de plástico que hace de parasol para los indicadores tras el volante o la textura que se le ha dado al plástico del recubrimiento de las puertas. Todas pinceladas mínimas pero que contribuyen a proporcionar la imagen de un coche con elementos únicos y personales al tiempo que alejan la imagen de coche económico, aunque lo es. El puesto de conducción es bueno, muy bueno para ser un coche de esta categoría, con un volante renovado que hemos visto en otros modelos de la marca lanzados recientemente y unos asientos envolventes muy cómodos de diseño deportivo.

Como es costumbre en Skoda todo está a mano y los mandos son racionales, hacen lo que se supone que tienen que hacer y no hay que acudir en exceso a la pantalla táctil para las funciones más básicas. En la versión que hemos probado el coche equipaba una pantalla para hacer la función de los indicadores tras el volante que es de muy buena visibilidad y es posible configurar para disponer de la información de la forma que prefiramos. Por su parte la pantalla del sistema de información y entretenimiento es táctil y de 8 pulgadas. A diferencia del modelo anterior se ha optado por elevarla hasta que asoma por encima del salpicadero por lo que es mucho más práctica y segura en su funcionamiento.

Las plazas traseras son amplias para un coche de su categoría y también disponen de distintos huecos portaobjetos además de salidas de ventilación e incluso asideros encima de las puertas. Hay espacio para los pies, la altura es suficiente para que se sienten personas de hasta 1,90 metros con comodidad e incluso la anchura es mayor de lo que se pudiera esperar, aunque tres personas adultas viajan algo apretadas como en cualquier turismo incluso bastante más grande que el Fabia. La apertura de la puerta es amplia, gracias también a la distancia entre ejes, por lo que es algo más sencillo acceder a las plazas traseras que en el modelo anterior.

El maletero del nuevo Fabia también da un paso adelante con respecto a la generación que le ha precedido. Nada menos que 380 litros contra los ya generosos 350 que ofrecía el Fabia anterior. Aunque el plano de carga queda algo elevado por el diseño del portón, es un maletero muy aprovechable con formas regulares y con soluciones prácticas como una bolsa bajo la bandeja o los ganchos, topes y cintas que permiten fijar o colocar mejor los objetos en su interior. Los asientos traseros se pueden abatir en dos partes hasta lograr, si abatimos ambas secciones, una capacidad de carga que alcanza los 1.190 litros de capacidad.

En lo que respecta a la prueba de conducción el primer paso es examinar las especificaciones mecánicas, y en el caso del Fabia nos encontramos un voluntarioso motor de gasolina de 1.0 litros y tres cilindros que gracias a su turbocompresor alcanza los 110 caballos de potencia. En el modelo probado disponíamos además de un viejo conocido: el cambio automático DSG de 7 marchas. El peso es prácticamente idéntico al modelo de la anterior generación y las motorizaciones de características parecidas, aunque en esta nueva generación no disponemos de motores diesel, aunque tampoco mecánicas híbridas ni michohíbridas… Por lo tanto si compramos un Fabia tendremos siempre etiqueta C de la DGT.

Al arrancar el coche nos acompaña el característico sonido del motor de tres cilindros, menos redondo que si tuviéramos cuatro cilindros bajo el capó como en la versión de la misma potencia que en el Fabia anterior. En cualquier caso el sonido del motor, sobre todo con el motor en caliente, está bien amortiguado por la insonorización del habitáculo, que es bastante buena considerando la categoría del coche. Una vez en marcha dentro de recorridos urbanos el coche avanza con suavidad y acelera sin problemas incluso sin necesidad de entrar en la zona de actuación del turbo subiendo las revoluciones.

Con respecto a la versión análoga de la generación anterior la sensación es que el coche se comporta con más suavidad, aunque también acelera con menos decisión (tarda casi medio segundo más para subir de 0 a 100 kilómetros por hora). El tacto de la dirección está muy conseguido, tanto en maniobras urbanas como en carreteras viradas incluso a velocidades altas. También ha mejorado la suspensión, que ahora absorbe mucho mejor las irregularidades del terreno sin perder ese buen comportamiento en curva que hemos podido probar también en las mencionadas curvas a cierta velocidad.

Si Skoda buscaba un coche más polivalente la verdad es que lo ha conseguido porque este nuevo Fabia sigue siendo muy agradable de conducir en ciudad pero ahora está mucho mejor preparado para salir a carretera. El cambio automático DSG no defrauda y proporciona una conducción tranquila que podemos alterar con distintos modos de conducción. Eso sí, aunque seleccionemos la modalidad sport no podemos esperar de este utilitario de 110 caballos un comportamiento deportivo, pero sí podemos circular con más dinamismo siempre que optemos por seleccionar las marchas manualmente.

Si buscamos un coche que consuma menos podemos optar por las versiones menos potentes del Fabia en las que el consumo baja mucho. En este caso debemos tener en cuenta que al tener un motor menos potente la capacidad de hacer kilómetros en carretera se ve reducida mucho. Con menos capacidad de aceleración tenemos menos capacidad de adelantamiento, de afrontar cuestas pronunciadas y en general enfrentarnos a todas las vicisitudes que se nos pueden presentar en un viaje sobre el asfalto que la solvencia de un motor más potente sí nos puede proporcionar.

En cuanto al consumo de carburante esta versión gasta algo más que su homólogo de la generación anterior, pero siguen siendo cifras bastante bajas que podemos mantener por debajo de los siete litros en ciudad e incluso por debajo de los cinco litros en carretera si conducimos con tranquilidad. Se trata de uno de los coches de su tamaño con los que nos ha parecido más cómodo hacer largos viajes por su habitabilidad, su buen comportamiento dinámico, su buena insonorización, la comodidad de los asientos y en general una calidad de rodadura muy destacable para un coche de este precio.

El nuevo Fabia añade a la inspiración estética y práctica de Skoda habitual en sus últimos modelos una nueva motorización y más ideas prácticas y de personalización, pero sobre todo un comportamiento en carretera y un confort que hacen de este coche un buen compañero de viaje. Este modelo lleva siendo desde hace muchos años una opción excelente como coche urbano con el que hacer alguna escapada fuera de la ciudad, pero con esta nueva versión podemos decir que es el Fabia más rutero que se ha fabricado nunca.

Y es que no es rutero sin más sino que es sorprendentemente cómodo y ágil en carretera, mucho por el precio al que podemos encontrar este modelo de Skoda (aunque haya subido con respecto a la generación anterior). Se ha hecho algún sacrificio con la respuesta del motor en aceleración y en consumo, pero la diferencia no es demasiado alta y las contrapartidas son tantas que merece la pena el cambio sin duda. Es uno de los coches compactos más recomendables para uso mixto que hemos podido probar últimamente. Un digno miembro de la ilustre familia Fabia sin duda.

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