¿Puede el pragmatismo ser suficiente?- de Domenico Galbiati - Última edición.Eu

2022-09-24 11:07:59 By : Ms. Coco Liu

Detrás de los repetidos llamamientos -reivindicados y explícitos, o insinuados, incluso modestamente implícitos incluso por parte de quienes se oponen a ella- a la "agenda Draghi" y al "método" relacionado, erróneamente interpretados como meramente pragmáticos, se asoma una cultura política que, la justa negación de cualquier ideología la convierte, se podría decir, en una ideología que regresa.Perpetuando un círculo vicioso que, como un perro que se muerde la cola, no puede romper la autorreferencialidad de una reflexión política que perennemente gira sobre sí misma, en una burbuja impermeable y refractaria a las corrientes atmosféricas que, al mismo tiempo, oscurecen la nuestro horizonte histórico, pero aquí y allá se abren para ti destellos de luz.La pregunta puede plantearse en estos términos: ¿puede el pragmatismo ser suficiente en sí mismo?En resumen, ¿podemos liberarnos, tanto a la derecha como a la izquierda, de demasiados filósofos, de las muchas "intelligentsias" reales o supuestas y llegar finalmente donde actúan los "hombres de hacer"?¿Es el "pragmatismo" la clave para finalmente violar la aparente impenetrabilidad del contexto global y complejo en el que vivimos?¿Puede la política ser resuelta y agotada -como se pretende para la ciencia- en el método “reduccionista”, es decir, deconstruyendo, descomponiendo por pasos sucesivos, cuestiones complejas en sus elementos, cada vez más minuciosos y simples?O pragmatismo, lo sepamos o no;admitirlo o no-, ¿es la forma en que una política agotada baja la guardia y se resigna a esquivar, en lo posible, los golpes del destino, es decir, se deja llevar por el curso de los acontecimientos, limitándose a gestionar su ¿franjas?Somos máquinas hechas para dar sentido a las cosas y sólo, en este contexto, somos capaces de "conocerlas", en el sentido propio del término, es decir, de "poseerlas", para guiar su curso.Encontramos el "sentido" donde existe y como tal ya se muestra;lo rastreamos hasta donde debe ser desenterrado;la ideamos, en la medida de lo posible, cuando los elementos de un contexto se encuentran dispersos y desgarrados como para ser, a primera vista, indescifrables.Podemos preguntarnos: esa pizca de manipulabilidad que, en todo caso, nos permite el pragmatismo, es ya una cierta manera de reordenar las cosas, según una lectura y una orientación, aunque elemental, pero, a su manera, al menos en embrión, sensible?Y desde este nivel es posible, peldaño a peldaño, subir la escalera de significados en juego para llegar a una comprensión de lo que sucede, rica e incluyente al menos lo suficiente como para llegar a una lectura predictiva, que a su vez , nos permite esperar una cierta gobernabilidad del curso de la historia?Al fin y al cabo, ¿los niños, en su primera infancia, no “piensan” quizás, si no en lo que están manipulando manualmente y entonces, sólo desde ahí, acceden a la atracción del concepto?¿No deberíamos admitir que colectivamente hemos sido devueltos a este tipo de edad infantil?¿Quizás intuir la oportunidad de un nuevo camino que sepa conjugar pasado y futuro según un plan?Este tema no puede definirse a priori, conceptualmente, pero si alguna vez experimentarse en el campo.Lo que, en un editorial reciente, informa Limes para lo que George Friedman, un filósofo prestado a la geopolítica, puede ayudar.Lo que nos invita a cultivar el “pensamiento prismático”: “Un prisma faceta el mundo.Te obliga a verlo más desordenado”.Excepto entonces, prosigue el editorial: “… compensar el desconcertante espectáculo del caos con la lente ordenadora de la tradición filosófica”.En resumen, Limes concluye: “¿Lente cohesiva o prisma facetado?…..Hasta que alguien descubre el Santo Grial, un encuentro de lente y prisma”.