Nuestros hábitos han cambiado con la pandemia. Las pantallas y los dispositivos electrónicos nos han acompañado durante todo este tiempo, siendo la principal vía para contactar con los demás y desarrollar las actividades laborales. Estas nuevas prácticas han tenido una repercusión directa en la vista; los ojos se someten a un mayor esfuerzo al estar cerca de una pantalla o puede aparecer la llamada fatiga visual al aumentar el tiempo de uso de estos dispositivos.
Con la sobreexposición a las pantallas por el teletrabajo, el cuidado de la visión es, ahora, más importante que nunca. La gerente de Óptica David García, ubicada en Olivenza, y optometrista, Cristina García, cuenta que desde el año pasado se han incrementado los problemas visuales. «Una vez finalizado el confinamiento, a diferencia de otros sectores, nosotros hemos tenido muchísimo trabajo», señala. Tanto es así que, la empresa, con tres trabajadores, se encuentra buscando a un óptico que quiera trabajar en la parte de optometría y de terapia visual.
Un dato curioso es la disminución de la venta de gafas de sol al haber tenido limitado los viajes y el tiempo fuera de casa. Pese a ello, desde Óptica David García insisten en que, en general, su servicio se ha visto disparado en estos últimos meses. Y es que la dificultad de compaginar gafas y mascarilla ha incrementado tanto la venta de las gamuzas antivaho y como el consumo de lentes de contacto, entre otros productos.
En este centro de referencia ofrecen una amplia gama de servicios de óptica oftálmica y de la optometría. «Realizamos exámenes visuales, medida de la presión intraocular, topografía corneal, adaptación de lente de contacto, baja visión…». Además, realizan el montaje de las gafas en tan solo una hora. «Disponemos de un stock de gafas muy amplios por lo que cualquier cliente que no sea de Olivenza puede tener sus lentes listas en una hora, siempre y cuando no sean especiales».
Más allá de los servicios básicos propio de cualquier óptica, en David García han incorporado técnicas de innovación. «Disponemos de un retinógrafo, un instrumento con el que se accede al fondo del ojo y permite captar fotografías de campo amplio de la retina». Asimismo, adaptan en primicia una lente oftálmica (para llevar en gafas), que gracias a la tecnología D.I.M.S (Defocus Incorporated Multiplt Segments), permite corregir la miopía y disminuir su progresión hasta en un 60%.
En esta óptica, además, tienen disponibles las llamadas lentillas orto-k para las personas que quieren prescindir de las gafas y no quieran someterse a una operación. «Estas lentes te las pones por la noche y se realiza un tratamiento corneal mientras duermes. Al día siguiente, te quitas la lente de contacto y ves bien durante todo el día», cuenta García. Este tratamiento, además de corregir la graduación, se ha demostrado que frena la aparición de la miopía en niños, un problema que aparece cada vez más en edades tempranas por el uso de las nuevas tecnologías.
Óptica David García destaca también por la terapia visual, «una parte de la optometría que trabaja para potenciar el sistema visual». Con unos ejercicios personalizados y adaptados a las necesidades del paciente, la técnica sirve para conseguir que el sistema visual esté en equilibrio. «Está dirigido a niños que tienen, por ejemplo, un ojo vago y quieren disminuir las horas de parche», añade García.
Dentro de la terapia visual, también ofrecen un servicio muy específico: los entrenamientos visuales deportivos. «Mediante ejercicios de estimulación conseguimos que mejorar la velocidad de reacción o la planificación motora al realizar un determinado deporte». Este centro lo visitan, sobre todo, tiradores olímpicos, pero están abiertos a ayudar a cualquier equipo deportivo o aficionado que esté dispuesto a probar sus gafas estroboscópicas destinadas a mejorar la atención visual y la capacidad de anticiparse a los movimientos.
Fue en 1997 cuando David García, padre de la actual gerente, comenzó su andadura en Olivenza. Desde entonces, en esta óptica no han parado de incorporar las ideas más novedosas de este campo. En el 24 aniversario del nacimiento de la clínica, la dueña, Cristina García tiene claro que la clave del éxito de su negocio responde a estar en continua formación. De hecho, en la actualidad, García compatibiliza la gerencia y su trabajo como oftalmóloga con un experto universitario en patología ocular y baja visión.
Otra de las ventajas del oficio es que tiene como objetivo mejorar la vida de las personas. Para García esto es «lo más gratificante» de su trabajo. «Vengo contenta todos los días por poder ayudar a alguien con una pequeña acción porque ayudar con la visión es dar calidad de vida».
La honestidad y la claridad con el cliente son los valores principales de esta empresa de Olivenza que pretende solucionar los problemas de cada paciente con un trato inmejorable.