Grupo

2022-06-25 09:18:52 By : Ms. Candy Tang

Desde los primeros materiales empleados en la época romana, como la piedra o la madera, se siguió una gran evolución en los siglos siguientes gracias a las facilicidades que concedían los avances tecnológicos. Ya en el siglo XX, en 1945 la mayoría de las señales de tráfico se han habían hecho en chapa de aluminio con revestimientos de plástico adhesivo. Las primeras señales de tráfico carecían de la tecnología reflectora prevalente en los signos de hoy. Eran por lo común, chapas pintadas de colores vivos (blanco, amarillo, rojo…) procurando su máxima visibilidad, pero de baja eficacia por la noche. De hecho, este es, precisamente, el motivo por el cual, el sistema americano de señales de tráfico descartó el color rojo de fondo para sus señales de tráfico. Este color carece prácticamente de visibilidad por la noche. En 1954 se produce un gran avance en seguridad gracias a que fue inventado el material resistente a la decoloración, lo que dio origen a la señal de tráfico de STOP de color blanco y rojo icónico. Más tarde a las señales de tráfico más necesarias se le incorporan perlas de vidrio de aproximadamente 2 cm. de diámetro para producir un efecto reflector en la noche, estas fueron pegadas en las señales de tráfico en la forma de números (es decir, el límite de velocidad) o los símbolos que ayudan al conductor durante la noche. Pero estas señales no funcionaban del todo bien en la noche. Su naturaleza porosa atrapaba la suciedad perdiendo visibilidad. El desarrollo de la lámina retrorreflectante por la empresa 3M en la década de 1940 cambió la cara de las señales de tráfico para siempre. Este material desarrollaba una tecnología de lente encapsulada reflectante similar a las perlas de vidrio, pero en una película de plástico transparente, para aumentar la visibilidad nocturna. Estas primeras láminas encapsulads se llamaba «Scotchlite». En el año 1989 un avance significativo hace mayor la visibilidad con la sustitución por reflectores prismáticos microscópicos. Con aproximadamente 7,000 microprismas por pulgada cuadrada, la mejora de láminas produce alrededor de tres veces el brillo de la lente encapsulada. Este material laminado es el utilizado en los signos de hoy y es el tipo más duradero de láminas de alto rendimiento disponible en la actualidad, hoy mejorados en productos como el «High Intensity Prismatic» y «Diamond Grade Cubed».

Desde los primeros materiales empleados en la época romana, como la piedra o la madera, se siguió una gran evolución en los siglos siguientes gracias a las facilicidades que concedían los avances tecnológicos. Ya en el siglo XX, en 1945 la mayoría de las señales de tráfico se han habían hecho en chapa de aluminio con revestimientos de plástico adhesivo. Las primeras señales de tráfico carecían de la tecnología reflectora prevalente en los signos de hoy. Eran por lo común, chapas pintadas de colores vivos (blanco, amarillo, rojo…) procurando su máxima visibilidad, pero de baja eficacia por la noche. De hecho, este es, precisamente, el motivo por el cual, el sistema americano de señales de tráfico descartó el color rojo de fondo para sus señales de tráfico. Este color carece prácticamente de visibilidad por la noche.

En 1954 se produce un gran avance en seguridad gracias a que fue inventado el material resistente a la decoloración, lo que dio origen a la señal de tráfico de STOP de color blanco y rojo icónico.

Más tarde a las señales de tráfico más necesarias se le incorporan perlas de vidrio de aproximadamente 2 cm. de diámetro para producir un efecto reflector en la noche, estas fueron pegadas en las señales de tráfico en la forma de números (es decir, el límite de velocidad) o los símbolos que ayudan al conductor durante la noche. Pero estas señales no funcionaban del todo bien en la noche. Su naturaleza porosa atrapaba la suciedad perdiendo visibilidad.

El desarrollo de la lámina retrorreflectante por la empresa 3M en la década de 1940 cambió la cara de las señales de tráfico para siempre. Este material desarrollaba una tecnología de lente encapsulada reflectante similar a las perlas de vidrio, pero en una película de plástico transparente, para aumentar la visibilidad nocturna. Estas primeras láminas encapsulads se llamaba «Scotchlite».

En el año 1989 un avance significativo hace mayor la visibilidad con la sustitución por reflectores prismáticos microscópicos. Con aproximadamente 7,000 microprismas por pulgada cuadrada, la mejora de láminas produce alrededor de tres veces el brillo de la lente encapsulada. Este material laminado es el utilizado en los signos de hoy y es el tipo más duradero de láminas de alto rendimiento disponible en la actualidad, hoy mejorados en productos como el «High Intensity Prismatic» y «Diamond Grade Cubed».